Te tiró el viento,
te partió,
te dejó rendido y sin opción.
Poco a poco te vi perder el verdor,
pero tú naciste para sobrevivir
y con tus fuertes raíces te basta.
Un día me entristecí,
te creí muerto, después de tanta agonía,
después de tu resistencia a secarte,
pero solo fue un error,
luego lo vi.
Vi esa rama que surge al cielo,
esa rama que no es gran cosa,
pero que no va a dejar de crecer,
porque tú naciste para vivir
y mientras tus raíces sean fuertes, todo es posible.
Las heridas se curarán,
pero tu historia no acaba aquí.
Eres un claro ejemplo de superación
y sé que cada vez que te vea recordaré
que la rendición no es una opción.
Vive arbolito,
vive campeón.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada