Hace tiempo, una compañera me pasó un libro
sobre Educación Emocional.
La verdad, empecé a leerlo porqué le tenía aprecio.
Lo mejor fue descubrir que algunas de las cosas que
recomendaba ya estaban en marcha y, que yo también conocía “el Cazo de Lorenzo”
¡Qué gran cuento!
Desde hace poco, esta persona ha decidido ayudarme en clase,
a organizar y consolidar ese trabajo que yo ya había emprendido.
Nos encanta, porqué incluyo a mi alumna de prácticas, verla
en acción, dominar la situación, controlar los sentimientos, sacar lo malo y
permitir que la luz llegue a los corazones.
He oído a un niño hablar de amistad. Pensaréis que no tiene
mérito, pero hace 10 días se hubiera tapado las orejas…
He visto niños, sonreír como nunca…
Faltan cambios, faltan avances, pero hemos aprendido a
hablar al corazón… siento que ahora, todo es posible... gracias a la Maestra de
Sentimientos.
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